Comunicación carioca (vol.I)

Nuestro periplo veraniego por territorio carioca todavía va a dar algo de qué hablar. Además de playas, caipirinhas y relax, que fue lo que predominó para nosotros en el viaje, no pudimos obviar nuestra vocación publicitaria y tratamos de capturar (siempre que fue posible) algunos sistemas promocionales que llamaron nuestra atención y que consideramos podrían importarse a ésta nuestra España.

1. El hombre/mujer cartel

¿Por qué pagar por una valla o marquesina cuando podemos dar de comer a una persona (o familia en el caso de Brasil) por el mismo dinero? Sí, señores, los de allí son muy dados a generar puestos de trabajo donde aquí tratamos de ahorrárnoslos. Mientras que ellos contratan a dos personas en cada autobús (uno que conduce y otro que cobra el billete), aquí tenemos a los conductores-cajeros y sacamos una normativa en la que si pagas el buseto con un billete de más de 10 euros, te devuelven el cambio en dinero del Monopoli, que posteriormente debes ir a canjear a la oficina del Transporte Metropolitano (TAM), no sin antes chuparte la correspondiente cola de media hora peleándote con el personal octogenario que acude a por su Bono Oro. En Brasil, niños y mayores entran gratis al bus, sin bonos ni colas ni hostias.

Al grano. Lo más normal allí es verte a peña en una rotonda, a pleno sol y que sujeta un cartel publicitario. Los más apañaos se llevan una silla para aguantar la jornada laboral. ¿Qué no hay vallas disponibles? Pues la ponemos donde a mi me salga. Y resulta que por aquí las buenas ubicaciones publicitarias están más que pilladas. Algunos “carteleros” de Brasil (no sé muy bien cómo llamarlos), se lo montan bien y, además de asiento, quedan con los amigos para que les hagan compañía, o incluso se llevan un libro para pasar las horas muertas.

Parece que esta costumbre del hombre/mujer cartel ha comenzado a extenderse a nuestras tierras de la mano de un parking del centro de la ciudad, que coloca todas las mañanas a un operario con su correspondiente rótulo anunciador. También dicen que los del Circo del Sol hacen algo similar, aunque de esto no hemos sido testigos.

Continuará…