miércoles, 17 de septiembre de 2008

Cocos



Un día, de repente, se te ocurre una idea brillante para algo (escribir un libro, componer una canción, pintar un cuadro, grabar un vídeo...). Piensas que esa idea es única y novedosa, y decides ponerla en marcha, hacerla realidad. Luego, se la muestras a los amigos, a la familia, a los compañeros de trabajo y todos coinciden en señalar que es genial. Pero alguien, el típico/a cortarrollos, te dice “esto me recuerda a…”, “me suena igual que…” o “se parece mogollón a…” y tu, que pensabas que era TU idea, caes en la cuenta de que eso a lo que se parece ya lo viste hace algún tiempo en no sé qué sitio, pero no lo recordabas. Vamos, que tu cabeza te ha jugado una mala pasada y se ha apropiado de algo que no ha inventado ella, sino que ha reelaborado lo que ya existía. Esto, lamentablemente y aunque no hubiese intención malévola alguna, se llama copiar.

La inspiración en cosas que ya existen está permitida, por supuesto, siempre que se cite a la fuente original o, al menos, se exponga la evidencia con respeto. No hagamos como el señor Bunbury que dice que “dos frases no son un plagio”. Ja!! Y que te hubiese costado citar a la persona que las creó? Despiste o publicidad gratuita?

La historia de las creaciones está llena de “coincidencias”. Lo que está claro es que no es lo mismo homenajear el estilo Bond como lo hace Coca-cola en el anuncio del post anterior, que utilizar el mismo eslogan político que un candidato mexicano empleó en su camapaña el año anterior, o acribillar con fines lucrativos un modelo industrial como en el caso de las sillas Barcelona (una original y otra falsa) que ilustran este post.

Si os interesa este tema, os invitamos a consultar "Cocos: copias y coincidencias”, un interesante libro que nos hemos agenciado últimamente y que versa sobre esa delgada barrera entre el morro y la inspiración.

1 comentario:

James dijo...

Ey, chicos, ¿hacemos un Bunbury?

Ay, qué sensibles estamos ante el tema de las copias... Pero bueno, me costó toda una noche aclarar mi postura sobre ese tema, así que mejor no reabro heridas.

Os remito a un link en el que encontrareis algunos ejemplos de "inspiraciones":

http://www.criteriondg.info/wordpress/?s=parecidos+razonables

PD: Supongo que lo sabréis, pero el tal "Bunbury" es un personaje de 'La importancia de llamarse Ernesto', de Oscar Wilde. Bueno, en realidad es un personaje inventado por otro personaje. La cosa va de personajes, parece.